CONTAMINACIÓN - Ambientalistas buscan reactivar causa contra la empresa

Las organizaciones plantearon que la minera desecha agua contaminada en el DP2.
Habrá nuevos querellantes y más pruebas contra minera La Alumbrera La causa está trabada hace años en la Cámara Federal de Apelaciones. Los ambientalistas comenzaron una campaña para pedir juicio contra los empresarios mineros. Se presentarán como querellantes y aportarán nuevas pruebas.
En la última semana, los titulares de las industrias citrícolas tucumanas parecen haber salido del ojo de la tormenta para dejarles el lugar a los empresarios mineros en el conflicto de la contaminación. Primero fue el Defensor del Pueblo tucumano, Alberto García Mena, quien cargó contra la actividad de la minera La Alumbrera, al decir que es el sector industrial que más compromete ambientalmente a la cuenca, al arrojar metales tóxicos en el DP2, y luego los integrantes del Comité de Cuenca anunciaron que pedirán presupuesto para empezar a realizar estudios que den prueba fehaciente de la contaminación producida por la minería. Finalmente, aparecieron en escena los ambientalistas, que realizaron una movilización frente a los tribunales federales de Tucumán, que pidieron que se reactive una causa contra la minera que está cajoneada hace varios años. En diálogo con EL LIBERAL, integrantes de la Asamblea Ambiental del NOA adelantaron que se presentarán como querellantes en la causa, y aportarán más pruebas de la contaminación. Es importante saber cómo funciona la minera y en qué consiste la causa. Resumidamente, la empresa dinamita y tritura un concentrado de minerales en territorio catamarqueño, separa la roca estéril de la que tiene componentes que se pueden comercializar, y envía el material útil a Tucumán mediante un mineraloducto en el que se transporta el concentrado de minerales mezclado con agua, en una proporción de cuarenta y sesenta. Allí, el material es sometido a un proceso de secado en la localidad de Ranchillos. Los minerales son enviados vía ferrocarril hasta Rosario, donde son embarcados al exterior, y el agua es arrojada al DP2, impregnada de partículas de cadmio, uranio, arsénico y otros metales peligrosos. En el año 1999, Juan González, investigador del instituto Miguel Lillo de Tucumán, interpuso por este tema una denuncia contra el titular de La Alumbrera, Julián Rooney. La causa cayó en manos del juez federal Felipe Terán, quien dictaminó falta de mérito, y la Fiscalía Federal presentó una apelación ante la Cámara Federal, que aunque han pasado varios años, no ha tenido respuesta. Medidas “Los ingenios han contaminado siempre, pero desde hace ocho años empezamos a tener problemas de metales pesados”, explicó Norberto Costa, representante de la Asamblea Ambiental del NOA. El jueves pasado, los integrantes de la organización se presentaron en los tribunales federales de Tucumán para pedir la reactivación de la causa, y a partir de ahora iniciarán una serie de acciones callejeras que se realizarán todos los jueves para pedir la reactivación de la causa, en un momento en que el tema de la contaminación ha cobrado una dimensión política y social que no tenía diez años atrás. “Como es una causa que está abierta la idea es llegar a constituirnos como querellantes y podemos también aportar más pruebas”, indicó. Finalmente, Costa dejó en claro: “No le pedimos a la justicia ni que cierre la empresa ni que echen a los trabajadores, sino que haya juicio oral y público para los responsables de la contaminación, y ahí van a tener la oportunidad de que se diga lo que haya que decir”. 
Actividad del Comité de Cuenca
Costa consideró que se empiece a poner la mirada en la actividad minera, pero en relación con los estudios que el Comité de Cuenca empezará a realizar, cuestionó el hecho de que “si hay antecedentes de que han contaminado, no se entiende por qué tenemos que seguir inspeccionado”. Asimismo, consideró que no sólo hay que trabajar con las empresas para que no contaminen de aquí en adelante, “sino juzgarlas por los delitos probados que ya han cometido”. Además, volvió a reclamar la participación de las organizaciones ambientales en el Comité de Cuenca, “para que se puede seguir de cerca y hacer los aportes de la sociedad civil”.
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