SE ACUERDAN DE LOS SETENTA?

Información recogida de : http://primerafuente.com.ar

Por Javier Alvarez Castillo

Integrantes del Mocase fueron intimidados en rutas santiagueñas

Integrantes, activistas de Derechos Humanos y miembros del Movimiento de Campesinos de Santiago del Estero (Mocase), denunciaron amenazas y persecución por parte de paramilitares encapuchados sobre la ruta de esa provincia. El 2 de agosto, yo ciudadano español, evaluador de proyectos de cooperación al desarrollo de la UPC y activista de Derechos Humanos, miembro del Movimiento de Campesinos de Santiago del Estero y 3 ciudadanas argentinas de la Universidad de Buenos Aires, fuimos intimidados, amenazados y perseguidos por ocho paramilitares encapuchados con armas con intención de agredirnos fatalmente, en la zona de Pinto en la provincia de Santiago del Estero. La pericia del conductor del vehículo hizo que pudiéramos escapar de su acoso. El relato de los hechos: En la mañana del 2 de agosto, junto a Angel Strappazzon de MOCASE y Javier Alvarez de la Fundación Internacional Olof Palme, estuvimos en Añatuya en el canal de televisión local donde nos informaron de las declaraciones del ciudadano español Antonio Fernández, en el mismo canal de televisión una semana antes. En esta declaración , grabación de la cual está en nuestro poder, Antonio Fernández en esencia confiesa dos cuestiones: 1) Las casas que se hicieron con el dinero de cooperación del municipio de Pinto en Madrid no se construyeron para los sectores más excluidos sino para la clase media acomodada. 2) No hay ningún problema - dijo Antonio Fernández- en que haya venido y venga a Santiago del Estero a hacer negocios. Con mi dinero hago lo que quiero. Yo declaré en la Televisión que desde hace tiempo estaba haciendo un informe sobre la situación de los derechos humanos en Santiago del Estero y en concreto en denuncias internacionales sobre los desalojos a campesinos originarios de Mocase, estudiando los que han sido ordenados por paramilitares contratados por la empresa AFAGRO. Por la tarde Angel Strappazzon y yo fuimos a entrevistar a las comunidades de campesinos de la zona de Pinto, para completar mi trabajo de evaluación de los proyectos de cooperación al desarrollo de la Universitat Politècnica de Catalunya. Por el camino, en la zona de Caseres encontramos en el margen derecho de la ruta de tierra, una patrulla nutrida de paramilitares, armados con rifles y pistolas. Paramos el coche y les preguntamos para quien trabajaban. Dijeron que para la empresa AFAGRO. Cuando el paramilitar cabecilla me requirió mi nombre se lo di y me presenté como activista de Derechos Humanos en España. Le dije que estábamos en vía pública o camino de paso público y que iba, por tanto, a sacar fotografías. Saqué dos Fotografías de los paramilitares contratados por AFAGRO. Nos pidieron la documentación del auto a lo que nos negamos dado que ellos no eran policías y no tenían autorización alguna del juez. Ellos asintieron. Nos fuimos pacíficamente del lugar. Las 2 fotografias están en manos de tres nodos de derechos humanos de España. Según la Ley Argentina es delito circular por el monte con armamento y custodiar campos, más si quien contrata paramilitares, no es titular del campo supuestamente custodiado. A las dos horas y media, realizado nuestro trabajo de evaluación en las comunidades de campesinos, ya dentro del núcleo urbano de Pinto, una pareja de uniformados sin insignias visibles y que no se identificó, que descendieron de un automóvil volswagen golf oscuro civil, sin orden judicial , nos sugirieron para que los acompañaramos a ver al Comisario de Policia de la localidad. Nosotros, dada la falta de identificación , ni de insignias visibles y habiéndose bajado ellos de un auto civil y sin orden judicial o similar alguna, y por tanto les identificamos como fuerzas paramilitares, les dijimos que lo lamentábamos no podíamos y teníamos que continuar camino. Me volví a identificar como activista de derechos humanos en España ante la situación intimidatoria a la que nos sometieron y especialmente al miembro de Mocase, Angel Strappazzon. Acto seguido una camioneta verde oscuro, sin patentes o matrícula, muy similar o idéntica a una camioneta de la empresa AFAGRO, con ocho encapuchados, abierta y descapotada por atrás, con cinco de los efectivos paramilitares armados apuntando, nos adelantó, nos hacen señales de parar el auto, en una carretera oscura, de noche, encañonándonos con sus armas y apuntando a la cabeza. Al paso de un camión por nuestro lado, a toda velocidad, testigo de lo sucedido y del cual tenemos anotada la matrícula o patente, con el aturdimiento que ello supone, Angel Strappazzon cambia el rumbo con gran pericia en la conducción y nos alejamos en dirección contraria. Ellos nos siguen hasta no sabemos cuándo, pero recorrimos más de 200 Km con la angustia vivida, en la certeza que nos seguía un grupo de paramilitares en una camioneta muy presuntamente de AFAGRO, para matarnos e inventarnos luego alguna causa. Por el camino de huída (que probablemente nos salvó a los cinco la vida), llamamos a la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación Argentina, a Madrid y Barcelona a diferentes activistas de Derechos Humanos en España, que notificaron la situación a la Embajada de España y Consulado de España en Córdoba. También llamamos al Ministerio de Justicia, trabajo y Derechos Humanos de la provincia de Santiago del Estero, para tratar de comunicarnos con Ricardo Daives y nos atendió su secretario el Dr. Salise. La situación vivida fue espeluznante y recordaba la época de los años setenta, en la que hacían desaparecer con estos mismos métodos a los activistas de lo social y de Derechos Humanos. Por la noche, a las 22:30 llegamos sanos, casi de milagro, a las sede de Mocase. Por Javier Alvarez del Castillo