ESTO ES LO QUE PASA EN EL LAGO DE LAS TERMAS

FESTIVAL PRE-13º UAC

domingo, 11 de abril de 2010

Reacción del Sr. Montenegro a nuestra nota "Ya nos tienen repodridos"

Amigas, amigos:

Acabo de recibir un Email enviado por Norberto Costa donde se manifiesta duramente contra Antonio Brailovsky y FARN, redirigido a muchos destinatarios.

A Norberto Costa y a otros colegas que pudieran compartir su opinión (ver abajo) les pido tolerancia. Contrariamente a sus expresiones, prefiero la pluralidad, y el diálogo entre distintos sectores, distintos pensamientos y distintas abordajes.

Ni Norberto ni ninguno de nosotros tiene la verdad pura y absoluta, ni la mejor idea ni la mejor propuesta.

Si no gusta lo que organiza o dice Antonio Brailovsky basta con no ir a sus conferencias y cursos, o no leer sus excelentes aportes. Pero criticarlo gratuitamente es una falta de respeto y un desubique inaceptable además de autoritario.

Antonio ha hecho muchísimo por el ambiente y por las personas que defienden el ambiente. En Argentina Antonio es uno de los pioneros en la lucha ambiental, y en épocas donde era mucho más dificil (y peligroso) que ahora. Junto a Alberto Kattan y Juan Scroeder se jugaron contra el desfoliante 2,4,5 T de Dow Chemical, y tuvieron éxito.

Como ex defensor del pueblo adjunto de la ciudad de Buenos Aires Antonio Brailovsky hizo huella, formó a mucha gente e inauguró caminos que otros transitan gracias a lo que el hizo. Es además el historiador fiel e implacable del ambiente nacional. Me enorgullece ser su amigo.

Quien lo critica debería cotejar antes, para sí, su propia estatura en el mundo de los logros ambientales y sus propios aportes a la sociedad. Como dice una antigua frase de los pastores árabes en el Sahara "si comparas tu estatura, siempre habrá alguien tan alto como una palmera y otro tan pequeño como un grano de arena".

Me preocupa hondamente que se haya iniciado una injustificada cacería de brujas contra aquellos que no piensan como lalgunos en un movimiento heterogéneo donde se supone que todos luchamos por lo mismo.

Por ejemplo, no hay que confundir ninería con megaminería, ni capacidad de diálogo con traición. Lo peor que puede hacer un activista ambiental es usar las mismas herramientas del enemigo.

El caso Brailovsky me permite traer a este debate casos anteriores generados por distintas personas e instituciones, y que delataron parecida falta de tolerancia.

El fiscal Antonio Gómez fue duramente criticado por haber recibido el apoyo de la Fundación Avina. Para algunos fue como una traición (sic). Otros no recibieron bien sus consejos sobre la legalidad e ilegalidad de algunas formas de protesta, y como luchar ajustándose a las leyes. Ninguno de estos hechos merecía críticas ni comentarios adversos. Ojalá tuviéramos muchos fiscales como Antonio, con independencia de criterio y ausencia de populismo.

La Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) fue otra víctima de la intolerancia, solo que más explícita. Para algunos que leyeron (mal) sus comunicados y actividades pasó a ser "prominera" o algo parecido. FARN, por ejemplo, acompañó la lucha de más de 80 organizaciones argentinas contra el ingreso de residuos radiactivos desde Australia, y ha producido informes fundamentales para muchas luchas ambientales. Con su programa de fondos procedentes de la Comunidad Europea ha provisto incluso recursos económicos (previa selección) a pequeñas organizaciones que luchan contra Barrick Gold, y que quieren montar un sistema de control de sus actividades (línea base, niveles de contaminación hídrica). Personalmente me alegra que exista FARN aunque no necesariamente comparta todas sus ideas.

Porque este es el punto. Estamos definitivamente mal si olvidamos quien es el verdadero enemigo, y seguimos gastando esfuerzos, pantalla y tiempo en actos de intolerancia. Y lo que es peor, en difundir abiertamente estos actos intolerantes.

Debemos aprender a coexistir con otros grupos de base y ONGs aunque no piensen igual, pues están tratando de lograr -cada uno a su modo- un ambiente mejor y un mayor peso institucional. Porque una organización sin fortaleza tiene menos capacidad de lucha contra grandes enemigos como las megamineras, el programa nuclear, las grandes corporaciones biotecnológicas o los organismos del estado que no cumplen sus funciones.

Que una ONG o un grupo de vecinos crea en la minería de bajo impacto no es un pecado, porque la minería es una cosa, y la megaminería otra distinta. Son diferentes visiones y caminos con las cuales podemos acordar o disentir. Lo mismo sucede con otros temas y problemas. Pero de allí a denostar públicamente a alguien hay un largo trecho.

Lo mismo sucede con las técnicas de lucha. Estamos quienes creemos que la lucha de los vecinos y afectados debe ser llevada por ellos mismos, sin interferencias de otros actores interesados, aunando movilización, capacidad técnica, capacidad judicial y capacidad de manejo mediático. Otros solo creen en la movilización, y descreen de los técnicos y las acciones judiciales. Pues bien: ambas estrategias (y muchas otras) merecen nuestro respeto. Cada uno elige el universo al que pertenece, y la forma en que trabaja. No es mejor ni peor. Al final del día (y de las luchas) solo hablan los éxitos y los fracasos. Así de simple.

Tener técnicos dentro de un grupo no significa que pondrán en evidencia la falta de formación de un activista, ni tener activistas dentro de la academia tampoco implica que dejarán al desnudo la falta de compromiso de un investigador o profesor. Nada de eso. La diversidad y pluralidad mejora los abordajes, los análisis y la propia lucha.

Finalmente, no hay que tener miedo de dialogar con los "malos", pues la "maldad" no se contagia. Es importante ver el rostro y las actitudes de quienes piensan distinto (muy distinto en este caso).

En Chile no habríamos logrado impedir que Barrick Gold trozara los glaciares Toro 1, Toro 2 y Esperanza si hubiésemos rechazado reunirnos con la Comisión de Ecología de la Cámara de Diputados primero, y a la tarde con el Vicepresidente de Barrick Gold y su equipo (2005). Verlos en acción, desplegando sus mentiras técnicas, posponiendo respuestas, manteniendo en "off" su experto estadounidense en glaciares fue invalorable. Los conocimos y ellos nos conocieron. Y al final les ganamos la pequeña batalla de los tres glaciares (aunque hoy estén bastante destrozados por otras actividades de Barrick Gold).

También en Chile Sara Larrain y yo nos metimos en la "boca del lobo minero" en Antofagasta (2009), y ayudamos a hundir el proyecto de construír una central nuclear de potencia para que las mineras obtengan "energía eléctrica barata" (sic). En grandes carpas e instalaciones estaban las mayores corporaciones mineras de la Tierra, pero si hubiésemos tenido ese tonto criterio de que "no hay que reunirse con el enemigo" solo habrían hablado los profesionales de la Comisión de Energía Atómica de Argentina, que apoyaban la iniciativa chilena.

Lo mismo me ocurrió cuando en la audiencia pública realizada en Buenos Aires por Botnia y Ence asistimos para mostrar nuestras críticas técnicas a los proyectos. Debatir públicamente con los representantes finlandeses y españoles, y con los técnicos de ambas empresas fue una experiencia increíblemente útil. Al salir teníamos más herramientas para luchar que las que traíamos desde Córdoba.

Resumiendo, creo que deberíamos ser más tolerantes, respetar la capacidad y trayectoria de colegas e instituciones que han hecho mucho y bien, y asumir que no tenemos la verdad absoluta. Ni siquiera la verdad chiquita. Solo disponemos de un trozo de verdad, que junto a otros fragmentos, más grandes o más pequeños, contruyen la verded común. Donde la suma de conocimiento, experiencia y humildad crean sabiduría.

Es de sabios tolerar y aprender de los otros, aunque no nos gusten su CV, su forma de cantar o su estrategia para hacer un ambiente mejor. El enemigo es otro, pero si no lo asumimos, y no nos respetamos, le haremos el juego a ese enemigo. Bienvenidos los que no piensan como yo!

Un abrazo,

Raul

Hola Vicente, hola todas y todos:

Un agregado más, dicho en voz alta para mi mismo y para los que han tenido la paciencia de leer... cada uno en su organización, movimiento o actitud personal puede -y de hecho lo hace- definir quien es tribu propia y quien tribu ajena. Cada uno podrá generar, aumentar y sumergirse en los más profundos debates ideológicos, y en los más precisos, logarítmimos y confiables debates técnicos, pero al final del día solo quedan las personas que sufren con su realidad dura y miserable, y muchas tribus haciendo lo mejor que pueden con sus ideas, sus límites y sus prejuicios.

Acepto que Vicente excluya una tribu. Acepto que Norberto se sienta parte de otra. Yo mismo puedo mantener mis propias reservas sobre tal o cual organización. Pero lo inaceptable es usar el lenguaje y las actitudes de los enemigos en serio, y difamar, y atribuírle complots a gente que hace cosas útiles para la sociedado (aunque no lo hagan "como lo hacemos nosotros") (sic). Solo se, al final de este mismo día, que lo poco o mucho que aún queda de ambiente, de cultura sustentable, de comunidades indígenas, de resistencia, de bosques nativos, no se construyeron en un monitor sino en el campo, el gabinete y ese monitor, y que le guste o no a cada tribu, los que nos gustan y los que no, Greenpeace, FARN, cátedras de universidades, Juan Schroder, organizaciones diminutas, asambleas, ecoclubes y niños con una remera pintada, todos, todos contribuyeron. Yo no quiero excluír por lo que no me gusta, o porque lo hacen distinto, o porque lo hacen mejor, o porque tienen más prensa, o porque muestran heridas de guerra sino asumir que tienen cosas buenas, incluso muy buenas. Y nosotros, a su vez, también tenemos cosas malas, muy malas.

Prefiero la heterogeneidad que sirve socialmente, a la homogeneidad que deja tranquilo a los intectuales, los puristas y los sectarios. Los enemigos se llaman "Barrick Gold", "Syngenta" y "funcionarios corruptos", con quienes podemos hablar sin miedo al contagio, y sin abandonar por ello nuestras banderas. Hay quienes luchan al todo o nada, y quienes hacen su lucha negociando, tratando de amortiguar, creando algún freno allí donde no existe ninguno. Ambos son necesarios. Es indispensable acostumbrarnos a las "coaliciones", a unirnos entre nosotros -como ocurre frente a grandes luchas- y flexibilizar los guettos, las quintas y los clubes de clones.

Porque esta es hoy nuestra principal debilidad. Mientras los enemigos se unen con forma de gobiernos, empresas y fundaciones corporativas lavadoras de imagen, nosotros gastamos tiempo (que no existe) en criticar con quien se reúne "ese", "quién recibió fondos de Avina" o "cómo pudo alguien mezclar técnicos con autoconvocados". Anhelo que logremos cambiar, pues el verdadero coraje es unirse con aquellos que no piensan igual pero ayudan a combatir un enemigo poderoso y común.

Mientras sigamos eludiendo las coaliciones y criticándonos entre nosotros, seguirá ocurriendo lo que vemos hoy: empresas mineras desparramándose exitosamente por el país, cada vez más hectáreas plantadas con soja transgénica, cada vez más cantidad y diversidad de plaguicidas usadas por hectárea, cada vez más autos, proyectos de centrales nucleares y desmonte. No descreo de nuestros logros -en Córdoba acabamos de festejar el cierre del segundo vertedero de residuos activos más grande de Argentina- pero me parece necesario redimensionarnos. Conocer al enemigo en su tamaño justo y reconocer las debilidades que tenemos son paso necesario e ineludible para ser más efectivos y volvernos temibles.

Un abrazo, y lo prometo, no habrá tolerancia 3 jajajajajaja

Raul

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