"El juicio avanzó justo cuando el sector discute las retenciones"
Julián Rooney dijo que el expediente contra él había estado dormido cuatro años
El vicepresidente de Minera Alumbrera, Julián Rooney, sugirió que el reciente fallo de la Cámara Federal de Tucumán que lo procesó porque su empresa presuntamente contamina el medio ambiente puede tener una connotación política. "El expediente estuvo dormido cuatro años y casualmente, cuando estamos discutiendo las retenciones con el gobierno nacional, este juicio empezó a caminar nuevamente", señaló.
Como dirigente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), es uno de los que mantiene el diálogo con el Gobierno por la aplicación de retenciones a la exportación minera. Sentado en un enorme salón en el piso 22 de la Torre Alem, en Puerto Madero, accedió a dialogar con LA NACION sobre el procesamiento dictado en Tucumán.
"La compañía cumple con todas las normas ambientales", dijo. Además, cuestionó que se hayan incorporado pruebas en el expediente sin notificar a la empresa.
-¿Qué análisis hizo del fallo?
-Alumbrera está compuesta por tres empresas inversionistas e YMAD, propietaria del yacimiento. Las empresas extranjeras que cotizan en bolsas extranjeras tienen la obligación de cumplir normas locales e internacionales. Minera Alumbrera tiene controles permanentes de las autoridades de aplicación.
-En la resolución, los camaristas enumeran varios análisis donde los parámetros de contaminación fueron superados.
-No sé a qué controles se refiere porque las autoridades de aplicación no encontraron desvíos ni observaciones al proyecto. Las autoridades de aplicación son el Sistema Provincial de Salud y la Dirección de Minería. Nosotros no recibimos los informes a los que hace referencia el fallo. Lo debe haber presentado el fiscal con base en la denuncia. Hay que ver cómo se tomó la muestra, quién la hizo, cómo es el análisis. La muestra tiene que tener una formalidad para que tenga validez.
-El fallo hace referencia a informes de Gendarmería que dicen que la empresa contamina.
-Nosotros tenemos contrapruebas realizadas por la Universidad Nacional de Tucumán que dan resultados distintos, que figuran en el expediente pero no en el fallo.
-¿Por qué?
-Este expediente estuvo dormido cuatro años sin opinión y ningún aporte de los jueces. Este juicio no avanzó durante cuatro años. Casualmente avanzó cuando el sector discute las retenciones, ahí este juicio empezó a caminar nuevamente.
-¿Cree que están relacionados?
-Es su conclusión. Yo doy los hechos, usted la conclusión. Yo no hago ningún análisis. Salió en este momento y punto. Tengo un fallo adverso, pero, según entiendo, estoy en cumplimiento con las normas. La resolución es infundada y es lo que estoy refiriendo. Llevaba cuatro años en la Cámara Federal de Tucumán y ahora, coincidentemente con el tema de las retenciones, este tema ha resurgido.
- ¿Le genera dudas?
-No me queda ninguna duda.
-La Justicia dice que la empresa sí contamina.
-La justicia argentina tiene etapas y vamos a presentar nuestros argumentos. Vamos a continuar con los procedimientos necesarios dentro de la Justicia. Somos respetuosos y queremos aclarar que cumplimos con todas las normas.
-¿Cómo?
-El fallo tiene muchas contradicciones. Primero dice que se vierten los efluentes en un canal de desagüe y luego, sin mayores fundamentos, que son para riego, bebida de animales y consumo humano. Llega a una conclusión que se contradice con las pruebas. Lo dice la autoridad de aplicación y lo refiere el fallo. En cambio no hace ninguna consideración sobre la contraprueba de los análisis. Nunca hubo ningún informe de las autoridades de control por algún incumplimiento.
-En el expediente figura un informe de la Secretaría de Minería de la Nación que dice que sí contamina y que fue levantado de la página web.
-No me consta. Nunca fue comunicado a nosotros. No nos llegó ningún informe ni lo vimos. La fiscalía fue agregando elementos que consideraba evidencia. Nosotros nunca tuvimos acceso y no tuvimos oportunidad de dar nuestra opinión. Fue algo que sucedió con bastante asiduidad en el expediente.
Por José Ignacio Sbrocco
De la Redacción de LA NACION
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