Estos resultados descalifican el descargo que realizó dìas pasados a través de un aviso publicitario en el cual deslinda responsabilidad alguna.
La afirmación de la Minera Bajo La Alumbrera de que no contamina las aguas de la cuenca Salí-Dulce cayeron como un balde de agua fría para los santiagueños que luchan a brazo partido por superar la crítica situación ambiental en el Dique de Las Termas. Desde entonces, muchas voces se han levantado para salir al cruce de esta declaración pública de la empresa minera, a través de una publicidad gráfica.
Pero el mayor argumento para desvirtuar esta afirmación está expresada en el resultado de los análisis realizado por el Centro de Química Aplicada de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba.
Durante el mes de agosto de 2003, con la colaboración de la Dirección General de Minería y Medio Ambiente de la Provincia, se tomaron muestras del líquido que proviene directamente de la planta de filtrado que tiene en la localidad de Cruz Norte, Tucumán, La Minera Alumbrera, desechos que son arrojados al Desague Pluvial DP-2.
El líquido colectado fue remitido al Centro de Química Aplicada de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba, que mediante el informe técnico número 0308045-1 del 25 de setiembre de 2003, se hace saber los resultados de la investigación .
Allí se ha comprobado la existencia de un alto índice de materiales pesados como sulfuro, plomo, mercurio, arsénico, que demuestra acabadamente que la contaminación inorgánica que afecta gravemente el lago de Termas proviene de las instalaciones de la minera denunciada.
Las pruebas recogidas formaron parte de la denuncia impulsada por la Defensoría del Pueblo de la Provincia ante la Justicia Federal presentada el 19 de marzo de 2004.
El 30 de octubre de 1997 comienza oficialmente la explotación del yacimiento minero, con lo cual la Defensoría entiende que se inicia «legalmente el más atroz proceso de contaminación ambiental, la infección inorgánica generada por la explotación que efectúa la compañía Minera Alumbrera Limitada, Bajo La Alumbrera, ubicada en distrito Amanao, departamento Andalgalá, Catamarca».
En el escrito presentado ante la Justicia se señala que «la actividad minera es una fuente de generación de aguas ácidas».
Y aún más, se manifiesta que reparar naturalmente el daño causado por Minera Alumbrera Limitada «demandaría unos 400 años y la recuperación de los cauces de agua se daría en 18 siglos como consecuencia del fenómeno del drenaje ácido y de metales desde la mina hacia afuera».
Además se hace referencia a estudios realizados por Gendarmería Nacional, en setiembre de 2000, que «indican la presencia de metales pesados producto de la actividad de concentrado de barrios que la minera tiene en Cruz del Norte, sudeste de Tucumán, efluentes que son arrojados al canal DP2, que desemboca en el lago de Río Hondo». Finalmente, la Defensoría en su escrito señala que «en atención a la naturaleza de la contaminación, podemos afirmar válidamente que la minera La Alumbrera envenena toda la cuenca Salí-Dulce».
Información recogida de: http://www.fundacionsustentable.org
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